Suelo Radiante y aislante térmico
Principal característica del funcionamiento de esta casa
Porque hacemos La principal característica de estas casas el suelo radiante.
Las innumerables ventajas del suelo radiante bien diseñado y calculado.
Lo primero, queremos que sean muy confortables durante todo el año pero no queremos que ese confort nos genere gastos importantes en consumos energéticos.
Por economía y por cuidado con el medio ambiente necesitamos ser auto suficientes para evitar favorecer el cambio climático.
Para ello necesitamos que las casas reciban horas de sol, y así poder obtener la energía del sol.
Además de reducir los grados térmicos directos, fundamental en invierno, al ser un clima de altura.
El suelo radiante permanece funcionando permanentemente con la energía que recibe del sol. independientemente de la ocupación.
Sistema de radiadores tradicionales. Poco eficiente.
Suelo radiante. Muy eficiente
Suelo radiante. Menor temperatura ambiente para igual temperatura operativa y mayor sensación de confort.
Por el contacto con nuestro cuerpo y por la convención del calor, el suelo radiante resulta mucho más eficiente y con menor necesidad de energía que cualquier otro sistema de calefacción permitiendo alcanzar la máxima sensación de confort.
Nuestro termostato está en los pies.
Los forjados son la parte de la casa más aislada del exterior. Por encima, cámara de aire y por debajo o cámara de aire o terreno (no ambiente)
Si mantenemos atemperados los forjados desde el verano hasta el invierno haciendo que toda la energía que generen las placas solares se convierta en agua caliente para mantener la casa atemperada independientemente de si está ocupada o no, conseguimos evitar picos importantes de consumo y un altísimo grado de confort.
La orientación Este-Oeste hace que reciba horas de sol todo el año. Sin fachadas Norte, que en un clima frío es algo a tener muy en cuenta. También su orientación le proporciona una ventilación/climatización muy apropiada en las épocas cálidas.
El aislamiento es fundamental para evitar perdidas de energía. Toda la casa está perfectamente aislada.
Pareces, ventanas, puertas, techos y sobre todo forjados que es donde se encuentra el suelo radiante.
Como lo alimentamos.
La Aerotermia
La eficiencia y el rendimiento de los sistemas de aerotermia, también conocidos como bombas de calor aire-agua, pueden variar dependiendo de varios factores, incluyendo la temperatura ambiente, la demanda de calefacción o refrigeración, el diseño del sistema y la tecnología utilizada.
En general, las bombas de calor aerotérmicas pueden ofrecer un alto rendimiento en una amplia gama de temperaturas, pero su eficiencia tiende a disminuir a medida que la diferencia de temperatura entre la fuente de calor (el aire exterior) y el sistema de calefacción o refrigeración aumenta. Esto significa que alcanzan su mayor rendimiento en temperaturas moderadas.
La mayoría de las bombas de calor aerotérmicas están diseñadas para funcionar de manera óptima en un rango de temperaturas exteriores que suele estar entre los 0°C y los 20°C. Dentro de este rango, pueden proporcionar un buen equilibrio entre la eficiencia y el rendimiento. Sin embargo, algunos sistemas avanzados pueden funcionar de manera efectiva incluso en temperaturas más frías, utilizando tecnologías como compresores de velocidad variable y sistemas de refrigerante optimizados.
La optimización de la generación de temperaturas en sistemas de aerotermia implica encontrar un equilibrio entre la eficiencia energética y el confort térmico en el interior de un edificio. Aquí hay algunos aspectos clave a considerar para optimizar la generación de temperaturas en un sistema de aerotermia:
1. Temperatura de suministro: La temperatura a la que el sistema de aerotermia suministra calor o frío al interior es crucial. En el modo de calefacción, si la temperatura de suministro es muy alta, el sistema podría estar operando en un rango menos eficiente. Por otro lado, si la temperatura de suministro en el modo de enfriamiento es muy baja, podría llevar a un exceso de consumo de energía. Ajustar la temperatura de suministro según las necesidades del edificio y las condiciones climáticas puede mejorar la eficiencia.
El suelo radiante opera a bajas temperaturas.
2. Modulación y control: Los sistemas de aerotermia modernos suelen ofrecer capacidades de modulación, lo que significa que pueden ajustar la salida de calor o frío según las demandas reales. Esto evita los ciclos de encendido y apagado frecuentes, lo que puede mejorar la eficiencia y el confort. Un control preciso permite mantener una temperatura constante y reducir el consumo energético.
3. Control de zonas: Si es posible, dividir el espacio interior en zonas controlables individualmente puede permitir un control más fino de las temperaturas en diferentes áreas según su uso y necesidades. Esto es particularmente útil en edificios con múltiples habitaciones o áreas de diferente tamaño y exposición.
4. Sistemas de respaldo: Algunos sistemas de aerotermia pueden tener sistemas de respaldo, como resistencias eléctricas, calderas convencionales, acumuladores de agua caliente, para situaciones en las que las temperaturas exteriores sean extremas y el sistema de aerotermia no pueda proporcionar suficiente calefacción o enfriamiento. Optimizar el uso de estos sistemas de respaldo puede ayudar a mantener un equilibrio entre confort y eficiencia.
5. Aislamiento y hermeticidad: La eficacia de cualquier sistema de calefacción o refrigeración depende en gran medida del aislamiento y la hermeticidad del edificio. Un buen aislamiento minimiza las pérdidas de calor en invierno y mantiene el fresco en verano, lo que permite que el sistema de aerotermia funcione de manera más eficiente y efectiva.
6. Programación y termostatos inteligentes: Utilizar termostatos programables o termostatos inteligentes que se adapten a los horarios y las preferencias de los ocupantes puede ayudar a mantener las temperaturas óptimas de manera eficiente. Estos dispositivos pueden aprender patrones de uso y ajustar automáticamente la temperatura en función de la presencia y las preferencias.
7. Mantenimiento regular: Un mantenimiento adecuado y regular del sistema de aerotermia asegurará que funcione con eficiencia óptima. Esto puede incluir la limpieza de filtros y bobinas, la revisión de componentes y la reparación de cualquier problema detectado.
La optimización de la generación de temperaturas en un sistema de aerotermia implica un enfoque holístico que considera tanto las características técnicas del sistema como las condiciones específicas del edificio y el clima.
La difusión eficiente del calor en un sistema de aerotermia es esencial
para lograr un confort térmico uniforme en todo el espacio interior.
Existen varias opciones para difundir el calor generado por un sistema de aerotermia, y la elección depende de factores como el diseño del edificio, las preferencias de los ocupantes y las condiciones climáticas. Algunas de las opciones comunes son:
1. Radiadores de baja temperatura: Los radiadores de baja temperatura son una opción popular en sistemas de calefacción con aerotermia. Estos radiadores operan a temperaturas más bajas que los sistemas tradicionales y son ideales para distribuir el calor generado por la aerotermia de manera uniforme en todo el espacio. Se pueden integrar en el diseño interior de manera discreta.
2. Suelo radiante: el elegido por Cerro De La Vega para esta promoción. El suelo radiante es una solución muy eficiente para la calefacción. Consiste en tuberías instaladas en el suelo a través de las cuales circula agua caliente. El calor se irradia desde el suelo hacia arriba, proporcionando un calor uniforme y confortable en todo el espacio. El suelo radiante es compatible con sistemas de aerotermia y puede ser utilizado tanto para calefacción como para enfriamiento.
3. Ventilación de aire: Los sistemas de aire acondicionado y calefacción mediante aerotermia también pueden utilizar la difusión de calor a través de la ventilación del aire. Los conductos de aire pueden distribuir el aire tratado (caliente o frío) a través de rejillas de ventilación estratégicamente ubicadas en las habitaciones. Es importante diseñar adecuadamente el sistema de conductos para garantizar una distribución uniforme del calor.
4. Unidades de fan coil: Las unidades de fan coil son dispositivos que pueden instalarse en las paredes o techos y se encargan de distribuir el aire caliente o frío generado por la aerotermia. Estas unidades cuentan con ventiladores que ayudan a difundir el aire a lo largo del espacio, proporcionando un calor uniforme.
5. Radiadores de pared: Los radiadores de pared también son una opción, especialmente en áreas donde los radiadores tradicionales de suelo no son prácticos. Estos radiadores pueden montarse en la pared y funcionan de manera similar a los radiadores convencionales, pero a temperaturas más bajas.
6. Ventiladores de techo: Los ventiladores de techo pueden ayudar a distribuir el aire caliente de manera más uniforme en el espacio. Aunque no generan calor por sí mismos, pueden ayudar a hacer circular el aire caliente que proviene del sistema de aerotermia, lo que mejora la distribución térmica.
La elección de la mejor opción para difundir el calor depende de varios factores, incluyendo el diseño del edificio, las preferencias personales, la eficiencia energética y el presupuesto.
Porque elegimos el suelo radiante para esta promoción.
El suelo radiante es un sistema de calefacción (y también de enfriamiento) que ofrece varias ventajas en comparación con otros métodos de calefacción convencionales. Aquí tienes algunas de las principales ventajas del suelo radiante:
1. Confort térmico uniforme: El suelo radiante distribuye el calor de manera uniforme por todo el espacio, lo que crea un ambiente confortable sin puntos calientes ni fríos. El calor se irradia desde el suelo hacia arriba, similar a cómo lo hace el sol en la naturaleza.
2. Eficiencia energética: El suelo radiante opera a temperaturas más bajas en comparación con sistemas de calefacción convencionales, como radiadores de alta temperatura. Esto significa que requiere menos energía para calentar el espacio de manera efectiva, lo que se traduce en un mayor ahorro energético.
3. Menos pérdida de calor: Dado que el calor se irradia desde el suelo, se reduce la pérdida de calor a través de las paredes y ventanas en comparación con sistemas de calefacción que calientan el aire directamente. Esto contribuye a un aislamiento térmico más eficiente.
4. No ocupa espacio visible: A diferencia de los radiadores convencionales que ocupan espacio en las paredes, el suelo radiante está oculto bajo el suelo, lo que permite un diseño interior más libre y versátil.
5. Compatibilidad con fuentes de energía renovable: El suelo radiante es compatible con sistemas de calefacción basados en fuentes de energía renovable, como bombas de calor geotérmicas o aerotérmicas. Esto aumenta la eficiencia general y reduce la huella de carbono.
6. Versatilidad de uso: Además de la calefacción, el suelo radiante también puede utilizarse para el enfriamiento, lo que lo convierte en una solución completa de climatización para todo el año.
7. Silencioso y discreto: El suelo radiante no requiere ventiladores ni sistemas de distribución de aire, lo que lo hace prácticamente silencioso. Además, al estar oculto bajo el suelo, no afecta la estética interior.
8. Menos circulación de polvo y alérgenos: Al no mover el aire a través de conductos como en los sistemas de aire acondicionado, el suelo radiante reduce la circulación de polvo y alérgenos en el espacio, mejorando la calidad del aire interior.
9. Menos corrientes de aire: Como el calor se difunde desde el suelo, no se generan corrientes de aire frío como en los sistemas de calefacción convencionales, lo que puede ser más cómodo para los ocupantes.
10. Larga vida útil: Los sistemas de suelo radiante suelen tener una vida útil larga, ya que no tienen partes móviles ni elementos que estén expuestos a desgaste.
Aunque el suelo radiante tiene muchas ventajas, también es importante considerar algunos aspectos, como los costos iniciales de instalación y la necesidad de planificación adecuada en la etapa de construcción o renovación.
1. Costo inicial: La instalación del suelo radiante puede tener un costo inicial más alto en comparación con otros sistemas de calefacción convencionales, como radiadores o sistemas de aire caliente. Esto se debe a la necesidad de instalar tuberías y sistemas de regulación más complejos en el suelo.
2. Tiempo de respuesta: El suelo radiante puede tardar más tiempo en alcanzar la temperatura deseada en comparación con sistemas de calefacción convencionales que utilizan radiadores de alta temperatura. Esto puede ser un inconveniente si se requiere calentamiento rápido en ciertas ocasiones.
Para resolver la desventaja del tiempo de respuesta más lento mantenemos el sistema de calefacción permanentemente conectado.
También hacemos una distribución de circuitos inteligentes de forma que podamos discriminar zonas donde necesitemos una respuesta más rápida y que toda la energía se dirija a la zona requerida.
3. Requerimientos de construcción: El suelo radiante es más efectivo y eficiente cuando se instala durante la construcción o remodelación de un edificio. Agregarlo en una estructura ya existente puede ser más complejo y costoso debido a la necesidad de levantar y volver a colocar el suelo.
4. Mantenimiento y reparación: Si surge algún problema con el sistema de suelo radiante, como una fuga en las tuberías, la reparación puede requerir la apertura del suelo, lo que puede ser costoso y engorroso. La calidad de los materiales utilizados, los controles en la instalación evitando uniones que queden subterráneas y las comprobaciones antes de tapar las instalaciones hacen que sea casi imposible que una de nuestras instalaciones tenga algún problema.
5. Requiere superficies conductoras: El suelo radiante funciona mejor con materiales de construcción que tienen una buena conductividad térmica, como baldosas cerámicas, cemento o hormigón. Superficies menos conductoras, como la madera, pueden reducir la eficiencia del sistema.
6. Compatibilidad con pisos flotantes: Algunos tipos de pisos flotantes, como laminados o vinílicos, pueden no ser ideales para su uso con sistemas de suelo radiante, ya que pueden afectar la transferencia de calor. Muchos de los vinílicos y tarimas flotantes ya permiten una transferencia térmica correcta.
7. Requiere conocimientos especializados: La instalación y el equilibrado adecuado del sistema de suelo radiante requieren conocimientos técnicos y experiencia en HVAC. Esto significa que es importante trabajar con profesionales cualificados durante la instalación y el mantenimiento.
A pesar de estas desventajas, el suelo radiante sigue siendo una opción atractiva para muchas personas debido a sus beneficios en términos de eficiencia energética, confort y distribución uniforme del calor.
¿Cómo podemos acortar el tiempo de respuesta?
El tiempo de respuesta del sistema de suelo radiante, que se refiere al tiempo que tarda en calentar el espacio deseado, puede ser un factor importante a considerar, especialmente en situaciones donde se necesita calentamiento rápido en ciertos momentos. Aquí hay algunas estrategias que podrían ayudarte a acortar el tiempo de respuesta del suelo radiante:
1. Temperaturas de suministro más altas: Aumentar ligeramente la temperatura del agua que circula a través de las tuberías del suelo radiante puede acelerar el tiempo de respuesta. Sin embargo, esto debe hacerse con precaución para evitar sobrecalentar el suelo y comprometer la eficiencia del sistema.
2. Sistemas de respuesta rápida: Algunos sistemas de suelo radiante modernos ofrecen modos de "respuesta rápida" que aumentan temporalmente la temperatura del agua para calentar el suelo más rápidamente. Esta función puede ser útil en situaciones en las que se necesita calentamiento rápido.
3. Programación anticipada: Si sabes que necesitarás calentamiento en momentos específicos, como en la mañana antes de despertar, puedes programar el sistema para que comience a calentar con anticipación. De esta manera, el suelo estará cerca de la temperatura deseada cuando lo necesites.
4. Zonificación inteligente: Si el sistema de suelo radiante está dividido en zonas controlables de calefacción, puedes dirigir el calor a las áreas específicas que necesitas calentar más rápidamente. Esto evita calentar todo el espacio al mismo tiempo.
5. Mejora del aislamiento: Asegurarte de que la estructura del suelo tenga un buen aislamiento térmico ayudará a retener el calor y acelerar el tiempo de respuesta. Un aislamiento deficiente podría hacer que el calor se escape hacia abajo en lugar de irradiar hacia arriba.
6. Control de la demanda de calor: Utilizar termostatos programables o termostatos inteligentes puede ayudarte a ajustar la temperatura según tus horarios y necesidades, lo que garantiza que el sistema esté listo para funcionar cuando sea necesario.
7. Sistemas de calefacción auxiliares: En situaciones en las que se requiere calentamiento rápido, considera tener un sistema de calefacción auxiliar, como radiadores eléctricos o un calentador de aire, que pueda proporcionar un calor inmediato mientras el suelo radiante alcanza la temperatura deseada.
Recuerda que cualquier ajuste que realices en el sistema de suelo radiante debe ser cuidadosamente considerado para mantener la eficiencia energética y el funcionamiento seguro del sistema.
Dejamos el sistema conectado permanentemete
Dejar el sistema de suelo radiante conectado permanentemente puede ser una opción a considerar, especialmente si estás buscando mantener una temperatura constante y confortable en tu hogar durante todo el día y la noche. Sin embargo, hay varios aspectos que debes tener en cuenta al tomar esta decisión:
1. Eficiencia energética: Dejar el sistema de suelo radiante conectado permanentemente puede aumentar el consumo de energía, ya que el sistema estará operando constantemente para mantener la temperatura constante. Esto podría afectar tus facturas de energía a lo largo del tiempo. La compatibilidad de la aerotermia con las placas solares evita, en gran medida, este inconveniente.
2. Confort térmico: Mantener una temperatura constante puede ofrecer un alto nivel de confort térmico, ya que no tendrás fluctuaciones significativas en la temperatura en diferentes momentos del día.
3. Programación y zonificación: Si decides dejar el sistema conectado permanentemente, es recomendable utilizar termostatos programables o inteligentes para controlar el sistema de manera eficiente. Puedes programar temperaturas más bajas durante los momentos en que no estás en casa o durante la noche para ahorrar energía.
4. Costos económicos y ambientales: Asegúrate de considerar los costos económicos y ambientales de mantener el sistema conectado de manera continua. Si bien puede proporcionar comodidad constante, también puede contribuir a un mayor consumo de energía y a un mayor impacto ambiental dependiendo de donde se obtenga la energía.
5. Modulación del sistema: Algunos sistemas de suelo radiante tienen capacidades de modulación que les permiten ajustar la salida de calor según la demanda. Esto puede ayudar a mantener una temperatura constante de manera más eficiente al ajustar automáticamente la intensidad del sistema.
6. Programación según las actividades: Puedes programar el sistema de suelo radiante para que funcione de manera más intensa durante las horas en las que estás en casa y activo, y reducir su funcionamiento cuando estás fuera o durante las horas de sueño.
En última instancia, la decisión de dejar el sistema de suelo radiante conectado permanentemente dependerá de tus preferencias personales, tus necesidades de confort, tus objetivos de ahorro energético y otros factores.
¿Si la energía necesaria se obtiene sólo, de placas solares?
Utilizar placas solares para alimentar un sistema de suelo radiante es una opción viable desde el punto de vista de la sostenibilidad y la eficiencia energética. Sin embargo, hay varios factores a considerar al tomar esta decisión:
Capacidad de Generación de Energía Solar:
Las placas solares generan electricidad a partir de la radiación solar. La cantidad de energía solar que puedas captar dependerá de varios factores, como la ubicación geográfica, la inclinación y orientación de las placas solares, el clima y la temporada del año. Debes calcular la cantidad de energía que tus placas solares pueden generar para asegurarte de que sea suficiente para alimentar tanto el sistema de suelo radiante como otros dispositivos eléctricos en tu hogar.
Consumo de Energía del Suelo Radiante:
El sistema de suelo radiante requiere electricidad para alimentar la bomba que circula el agua caliente a través de las tuberías. El consumo de energía depende del tamaño del sistema, la temperatura a la que opera y la duración de su funcionamiento. Asegúrate de tener en cuenta este consumo de energía al dimensionar tus placas solares.
Almacenamiento de Energía:
Dado que la energía solar no está disponible las 24 horas del día, necesitarás un sistema de almacenamiento de energía, como baterías, para utilizar la energía solar generada durante el día cuando el sol no está presente. Las baterías almacenan el exceso de energía para que puedas utilizarla durante la noche o en días nublados.
Eficiencia del Sistema:
La eficiencia del sistema solar (placas solares, inversores, baterías, etc.) también debe considerarse. Las pérdidas de energía en la conversión y el almacenamiento pueden reducir la cantidad de energía disponible para el sistema de suelo radiante.
Costos Iniciales y Retorno de Inversión:
La instalación de un sistema de energía solar, incluidas las placas solares y las baterías, puede tener costos iniciales significativos. Debes evaluar el costo total y el tiempo que tomará recuperar la inversión a través de los ahorros en facturas de energía.
En resumen, es posible alimentar un sistema de suelo radiante con energía solar, pero requiere una planificación cuidadosa y un análisis detallado de la generación de energía solar, el consumo del sistema de suelo radiante y el almacenamiento de energía.
Y si en lugar de almacenar la energía que generan las placas en forma de electricidad la almacenamos en forma de agua caliente para ser utilizada por el suelo cuando la temperatura descienda.
Almacenar la energía solar en forma de agua caliente para luego utilizarla en el sistema de suelo radiante cuando sea necesario es una estrategia viable y efectiva para maximizar la utilización de la energía solar y garantizar un suministro constante de calefacción. Esta estrategia se conoce como "almacenamiento térmico" y puede ser una solución muy práctica para cubrir las demandas de calefacción durante períodos en los que no haya suficiente radiación solar disponible.
El almacenamiento térmico generalmente se logra mediante sistemas de tanques de almacenamiento de agua caliente. Durante el día, cuando el sol brilla y las placas solares están generando energía, el exceso de energía se utiliza para calentar el agua en el tanque de almacenamiento térmico. Luego, durante las horas en las que no hay suficiente radiación solar (como la noche o días nublados), el agua caliente se utiliza para alimentar el sistema de suelo radiante.
Aquí hay algunas consideraciones clave para implementar un sistema de almacenamiento térmico para tu sistema de suelo radiante:
Tamaño del Tanque: El tamaño del tanque de almacenamiento dependerá de la cantidad de energía solar que puedas captar, el consumo de energía de tu sistema de suelo radiante y la cantidad de tiempo que deseas mantener el suministro de calefacción.
Eficiencia: Es importante diseñar el sistema de manera eficiente para minimizar las pérdidas de calor durante el almacenamiento. Un buen aislamiento del tanque y un sistema de distribución de calor efectivo son esenciales.
Control de Temperatura: Deberás implementar un sistema de control que monitoree la temperatura del agua en el tanque y ajuste el flujo hacia el sistema de suelo radiante según las necesidades.
Integración del Sistema: Trabaja con profesionales en energía solar y sistemas de calefacción para asegurarte de que el sistema de almacenamiento térmico se integre correctamente con tu sistema de suelo radiante y otros sistemas de climatización de tu hogar.
Costos y Retorno de Inversión: Si bien el almacenamiento térmico puede mejorar la utilización de la energía solar y proporcionar un suministro constante de calefacción, también puede tener costos iniciales. Evalúa los costos y el retorno de inversión a lo largo del tiempo para determinar la viabilidad financiera.
Implementar un sistema de almacenamiento térmico para tu sistema de suelo radiante puede ser una excelente manera de aprovechar al máximo la energía solar y garantizar un ambiente cómodo en tu hogar durante todo el año.
Ventajas:
1. Mayor eficiencia: El almacenamiento térmico puede ser más eficiente que el almacenamiento eléctrico, ya que evita las pérdidas asociadas con la conversión de electricidad y el almacenamiento en baterías.
2. Coincidencia de demanda: Almacenar la energía en forma de agua caliente permite que coincida directamente con la demanda del sistema de suelo radiante. Esto puede optimizar el uso de la energía y garantizar que esté disponible cuando se necesite.
3. Menos pérdidas: El almacenamiento térmico puede tener menos pérdidas de energía en comparación con el almacenamiento eléctrico a través de baterías.
4. Menos componentes: En lugar de tener sistemas separados para generar electricidad y luego calentar el agua, un sistema de almacenamiento térmico podría simplificar el diseño y la operación.
5. Menos ciclos de carga y descarga: Las baterías eléctricas tienen un número limitado de ciclos de carga y descarga antes de degradarse. El almacenamiento térmico puede tener una vida útil más larga y menos degradación con el tiempo.
Desafíos y Consideraciones:
1. Diseño adecuado: El diseño del sistema de almacenamiento térmico debe ser cuidadosamente planificado para garantizar una transferencia de calor eficiente y un control adecuado de la temperatura.
2. Volumen de almacenamiento: Debes calcular el volumen de agua necesario para almacenar suficiente energía para satisfacer las demandas de calefacción. Esto dependerá de la capacidad de generación de tus placas solares y del consumo de energía del sistema de suelo radiante.
3. Aislamiento y pérdidas de calor: El sistema de almacenamiento debe estar bien aislado para evitar pérdidas de calor. Las pérdidas de calor podrían reducir la eficiencia del sistema.
4. Control y regulación: Un sistema de control y regulación adecuado es esencial para asegurarse de que la energía almacenada se utilice de manera eficiente y se ajuste a las demandas cambiantes.
5. Costos y espacio: Aunque puede ser eficiente, el almacenamiento térmico también puede requerir espacio adicional y puede tener costos asociados con la instalación y el mantenimiento.
Y si además, utilizamos el forjado como gran masa inerte?
Utilizar el forjado como masa inerte para el almacenamiento térmico es una estrategia interesante que puede mejorar la eficiencia y la distribución de calor en un sistema de calefacción por suelo radiante. Esta técnica se conoce como "masa térmica" y aprovecha la capacidad del material del forjado (generalmente hormigón) para absorber y retener calor.
El forjado es la parte más aislada de una vivienda unifamiliar ya que por encima tiene cámara de aire antes de encontrar el exterior y por debajo también.
Tan solo en la planta inferior o cimientos, se encuentra en contacto con el terreno que suele encontrarse a una temperatura más estable durante todo el año a diferencia de la temperatura ambiente.
Es en los extremos de los forjados donde más cuidado se ha de tener para evitar los puentes térmicos.
Pese a la colocación de aislante justo debajo de las conducciones del suelo radiante es inevitable que parte de la temperatura de consigna se distribuya por el forjado. Es por eso que estamos utilizando el forjado como gran masa inerte.
Aquí hay algunas ventajas de utilizar el forjado como masa térmica en un sistema de suelo radiante:
Almacenamiento Eficiente de Calor: El hormigón del forjado puede actuar como un gran almacén de calor. Durante los períodos en que el sistema de suelo radiante esté activo y el agua caliente circule a través de las tuberías, el calor se transferirá al hormigón. Luego, el hormigón liberará gradualmente el calor almacenado en el espacio durante los períodos en que el sistema no esté activo.
Distribución Uniforme del Calor: La masa térmica del forjado permite una distribución más uniforme del calor a lo largo del tiempo. Incluso después de que el sistema de suelo radiante se apague, el forjado seguirá liberando calor al espacio, lo que puede ayudar a mantener una temperatura constante y cómoda.
Reducción de Fluctuaciones de Temperatura: Al utilizar el forjado como masa térmica, puedes reducir las fluctuaciones de temperatura en el espacio. El forjado almacenará el exceso de calor durante los períodos de alta demanda y liberará calor cuando la demanda sea menor.
Aprovechamiento de Energía Solar Pasiva: En climas con días soleados, el forjado puede absorber calor del sol a través de ventanas y fuentes de calor internas, como electrodomésticos y luces. Esta energía térmica acumulada puede complementar el sistema de suelo radiante.
Eficiencia Energética: La masa térmica puede mejorar la eficiencia energética del sistema de calefacción por suelo radiante al reducir los ciclos de encendido y apagado del sistema, lo que puede ser beneficioso en términos de consumo de energía.
En general, utilizar el forjado como masa térmica puede ser una estrategia efectiva para mejorar la eficiencia y la comodidad en un sistema de calefacción por suelo radiante.
Al tener los pies sobre una superficie atemperada sentiremos una mayor sensación de confort independientemente de la temperatura ambiente.
Sentir confort al utilizar el suelo radiante como sistema de calefacción se debe a varios factores que contribuyen a una experiencia térmica agradable. La influencia de tener nuestros pies en contacto con una superficie caliente es un componente importante en esta sensación de confort. Aquí están algunas razones clave:
1. Distribución Uniforme del Calor: El suelo radiante distribuye el calor de manera uniforme desde abajo hacia arriba. Cuando nuestros pies están en contacto con una superficie cálida y uniforme, evitamos las diferencias de temperatura que a menudo se sienten al estar cerca de radiadores convencionales, donde el calor tiende a acumularse en ciertas áreas.
2. Conexión con el Confort Biológico: Nuestro cuerpo tiene una relación natural con la temperatura del suelo. Desde una perspectiva evolutiva, nuestros pies están en constante contacto con el suelo cuando caminamos o estamos en reposo. Sentir un suelo cálido y confortable evoca una sensación de seguridad y bienestar, ya que es un ambiente similar al que nuestros cuerpos han experimentado durante miles de años.
Nuestros pies son especialmente sensibles a la temperatura, ya que tienen una alta densidad de receptores sensoriales en la piel. Cuando nuestros pies están en contacto con una superficie cálida, como el suelo radiante, experimentamos una sensación de confort y calidez directamente en nuestros pies, que es una parte importante de nuestra percepción general de comodidad.
3. Confort Térmico Localizado: Tener los pies en una superficie caliente puede proporcionar una sensación inmediata de comodidad. A menudo, la sensación de frío comienza desde los pies, por lo que calentarlos directamente puede tener un impacto significativo en nuestra percepción general de la temperatura en un espacio.
4. Confort Térmico a Nivel Bajo: Algunos estudios sugieren que el calor radiante proporcionado por el suelo puede influir en nuestra percepción de la temperatura a nivel del cuerpo humano, en lugar de la temperatura del aire en la habitación. Esto puede llevar a una sensación de confort incluso a temperaturas ligeramente más bajas en el aire. Esto se traduce en ahorro de energía.
5. Control de la Temperatura: La posibilidad de controlar la temperatura de manera precisa y ajustarla según las preferencias individuales contribuye al confort general. Poder establecer una temperatura agradable en el suelo radiante proporciona un ambiente cómodo y personalizado.
6. Mejora de la Circulación Sanguínea: El calor proporcionado por el suelo radiante puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea en los pies y en todo el cuerpo. Esto puede generar una sensación de relajación y bienestar.
7. Sensación de Acolchado Térmico: El suelo radiante a menudo está cubierto por materiales cuyos grados térmicos son altos y suaves, proporcionando cierto grado de acolchado térmico. Esto puede contribuir a una sensación más agradable al caminar sobre la superficie y aumentar la sensación de confort general.
En resumen, el suelo radiante ofrece un confort térmico único debido a su distribución uniforme del calor y al contacto directo con una superficie cálida, lo cual se alinea con la experiencia biológica y la sensación de bienestar. Esta sensación agradable se combina con otros beneficios, como la reducción de corrientes de aire frío y el control preciso de la temperatura, para crear un ambiente interior confortable y acogedor.
Sentir confort al utilizar el suelo radiante como calefacción se debe a una combinación de factores que afectan directamente nuestra percepción de comodidad térmica. El contacto de nuestros pies con una superficie caliente, como la proporcionada por el suelo radiante, juega un papel importante en este sentido.
El confort que sentimos al utilizar el suelo radiante como calefacción está relacionado con la distribución uniforme del calor, la sensación de calidez en nuestros pies, la mejora de la circulación sanguínea y la reducción de factores que normalmente causan incomodidad, como corrientes de aire frío y estratificación térmica. Todo esto contribuye a una experiencia más cómoda y agradable en el ambiente interior.